lunes, 27 de agosto de 2012

EDITORIAL: La huella de nuestro trabajo legislativo


En esta Legislatura participaron diputadas y diputados comprometidos, que con trabajo demostraron que vinieron aquí con una vocación de servir, de trabajar y de hacer más por nuestro país.

Domingo, 26 de agosto de 2012 | 10:00
Por Carlos Alberto Pérez Cuevas

Durante los tres años de la LXI Legislatura, los diputados integrantes del Grupo Parlamentario del Partido Acción Nacional presentamos un total de 638 iniciativas de ley, 950 puntos de acuerdo, diversas excitativas y otras acciones legislativas.

Entre las iniciativas presentadas por los diputados federales del PAN y que fueron aprobadas, destacan entre otras, la reforma al artículo 4° constitucional para definir las edades de infancia y adolescencia; la reforma al artículo 73 constitucional en materia de Coordinación Metropolitana para la concurrencia de los tres órdenes de gobierno en el desarrollo metropolitano y otorga facultades al Congreso a legislar en materia de paternidad responsable y a las autoridades federales para que conozcan de delitos en contra de los derechos humanos y la libertad de expresión.

Se aprobaron siete nuevas leyes que propuso nuestro partido; Ley General del Secuestro; Ley Federal de Ejecución de Sanciones Penales, Ley Federal de Atención para las Mujeres en Reclusión; Ley de Almacenamiento Rural; Ley de Protección a la Salud Materna; la Ley sobre Controversias Derivadas de la Atención Médica y la Ley de Trata de Personas. Así también se propuso por nuestra parte, y fue aprobado, el Nuevo Reglamento de la Cámara de Diputados para regular la organización y funcionamiento de esta Institución, los derechos y obligaciones de los legisladores y agilizar el trabajo legislativo.

Hoy puedo decir que en esta Legislatura participaron diputadas y diputados comprometidos, que con trabajo demostraron que vinieron aquí con una vocación de servir, de trabajar y de hacer más por nuestro país.

Yo creo que hay suficientes elementos para sentirnos orgullosos de los avances y de nuestro compromiso con nuestra Nación.

No hay duda que en este periodo de tres años hicimos cambios trascendentales para el país que no tienen antecedente, y que incluso, se convierten en parteaguas, que abre una nueva etapa con mejores condiciones de vida y desarrollo, con más libertad y democracia. En este sentido, basta mencionar la gran Reforma Constitucional en la materia de Derechos Humanos.

Los cambios legislativos logrados no tienen antecedente en nuestro país y a nivel mundial es reconocido lo hecho en este rubro. Sin embargo, debemos reconocer que es necesario perfeccionar nuestra comunicación con la sociedad mexicana, ya que esta no tiene conocimiento preciso de estas reformas y con ello de nuestro trabajo legislativo.

Y esto se convierte en verdadero dilema. Esta LXI Legislatura lleva sobre sus hombros la responsabilidad de no haber alcanzado los acuerdos necesarios de las grandes reformas transcendentales, pero es indudable que los diversos Grupos Parlamentarios también tomamos importantes acuerdos para lograr reformas históricas, incluso, en un ensayo comparativo, tuvimos una productividad y eficiencia mayor a otras legislaturas.

No son tiempos de lamentaciones y mucho menos de adjudicar culpas a otros, cada quien tiene sus responsabilidades. Nosotros asumimos la nuestra al haber sido la bancada legislativa del partido en el gobierno, lo cual implicó grandes tareas, reflexiones y toma de decisiones cruciales, que a menudo no son comprendidas en su justa dimensión.

Sin lugar a dudas, esta LXI Legislatura hubiera acrecentado su prestigio y trascendencia si todos los grupos parlamentarios hubiéramos llegado a los acuerdos necesarios para aprobar las reformas en materia hacendaria, energética, política y del trabajo. No fue posible, no fue ni el momento, ni nuestro momento. Ya les tocará a otros legisladores y legisladoras. Este proceso es como una carrera de relevos, que inició hace muchos años, cada una de nuestras bancadas, y lo que observo es una entrega de estafeta. Creo que nos podemos ir satisfechos por los tres años en los que nos tocó correr para lograr que México fuera distinto y mejor.

Estamos a unos días de entregar esta estafeta y vendrán otros nuevos corredores, pero la carrera no termina, ellos tendrán que entregarle la estafeta a otros más y esto será permanente, porque así es un país, así es la dinámica política, así es la dinámica plural.

Ha sido un gran honor, una gran experiencia, una gran oportunidad, haber sido parte del Poder Legislativo, porque, como en alguna ocasión dijo un veterano y experimentado legislador; a la Cámara de Diputados no sólo se viene a trabajar y hacer leyes, se viene a hacer grandes amistades que seguirán trabajando en torno a un país.

En estos tres últimos años de trabajo legislativo, observé responsabilidad, trabajo, preparación y entrega en la gran mayoría de mis compañeras y compañeros diputados de todos los partidos. Pude ver que esas ganas de servir se convirtieron en acuerdos, en diálogos y logros y eso es lo que marca las etapas en la historia de este país y de esta Cámara de los Diputados.

Esta LXI Legislatura nos da pauta para conservar un gran país. Vendrán muchos retos para garantizar la continuidad, retos en la transparencia, la rendición de cuentas, en el fortalecimiento de las instituciones del Estado Mexicano y el cumplimiento de las leyes. Estamos viviendo la dinámica que se da en la democracia. No hay derrotas permanentes ni triunfos para siempre.

Celebro que hoy sí podemos decir que aquí hay un mundo de demócratas, de demócratas que piensan que más allá del PAN, del PRI, del PRD o de cualquiera de los partidos políticos aquí representados en la Cámara de Diputados, antes, Somos Mexicanos y somos responsables con una Nación, porque desempeñar un cargo de diputado o diputada, es un privilegio de unos cuantos, entre millones de mexicanos.
Por ello indistintamente de la trinchera en la que nos corresponda estar, debemos de seguir trabajando por Mexico, debemos de ser Servidores que si sirven y sirven bien.


LA TRANSICION EN MARCHA


Nuestro trabajo legislativo aquí está, ante los ojos de la sociedad, de la Nación y del país entero, hemos dejado huella. Sin duda pasaremos a la historia en una etapa de transición del país que obliga a saber que en la pluralidad, todos podemos tener el mejor México para todos, indistintamente de ideologías, partidos y visiones.

El reto es perseverar en el proceso de transición. No ha bastado la alternancia. Ya el PAN estuvo al frente del Gobierno dos sexenios, ahora los ciudadanos optaron por el retorno del PRI. Pero ni antes ni ahora se agota la transición democrática.

Corresponde a todos trabajar por ella día a día para no sólo evitar la reinstalación del viejo régimen sino impulsar al nuevo México que no puede rezagarse más en el concierto internacional. Es un tiempo en el que el mundo no nos va a esperar.

El ejercicio democrático que nos tocó vivir en la Cámara se confirma el mosaico tan contrastante que vive México. Hoy el Pleno de San Lázaro es reflejo de la diversidad nacional.

Pero con todos los retos que esta realidad implica y las virtudes democráticas que entraña, estamos ciertos de que la transición cristalizará en nuestro país para beneficio de los ciudadanos.

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