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El pasado 6 de octubre, aprobamos reformar el artículo 2 de la Ley Orgánica del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología, a fin de apoyar a quienes otorguen una beca a sus investigadores, científicos y tecnólogos nacionales, para el proceso de registro y conservación de sus invenciones ante el Instituto Mexicano de la Propiedad Industrial (IMPI).
En tribuna, mi compañero de bancada, el diputado Francisco Landero Gutiérrez, dijo que de acuerdo con la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), México se ubica en el último lugar en cuanto a inversión para ciencia y tecnología, “únicamente destinamos el 0.4 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB)”.
Explicó que con la reforma se busca que el Conacyt considere dentro de sus funciones la labor de promoción de los becarios. “Los centros de investigación y las instituciones de educación superior, así como las empresas cuentan con pocos apoyos para presentar patentes, ya que no se ha desarrollado una cultura sobre este tema”. Puntualizó que es necesario impulsar la innovación tecnológica y la creación de patentes, “ya que hacerlo es un voto a favor del desarrollo nacional”.
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